martes, 2 de octubre de 2012

No a la hortografea, sí a la ortografía

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¡Ay!, iba a decir que a ver si por no haber aprendido lo que hay ahí escrito no hallan la forma de que no haya que cerrar los ojos para leerlos, no vaya a ser que les mandemos allá, junto a mi aya (la que nació en La Haya), al otro lado de la valla de madera de haya, a coger bayas y encima les cobremos el IVA. Y ahora, si no he conseguido enseñarte sino que te has quedado igual será que mi sino es no conseguir que aprendas.

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