¡Ay!, iba a
decir que a ver si por no haber aprendido lo que hay ahí escrito no
hallan la forma de que no haya que cerrar los ojos para leerlos, no vaya a ser
que les mandemos allá, junto a mi aya (la que nació en La Haya), al otro lado de la valla de madera de haya, a coger bayas y encima les
cobremos el IVA. Y ahora, si no he conseguido enseñarte sino que te has quedado igual será que mi sino es no conseguir que aprendas.
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