martes, 19 de octubre de 2010

Discotecas que recuerdo en los 80´s: Barraca. ARTÍCULO DE WIKIPEDIA

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Insisto en que lo que sigue  en rojo no es creación propia sino copiado de Wikipedia, y el enlace al artículo original lo teneis  aquí (toda la Ruta Destroy en http://es.wikipedia.org/wiki/Ruta_Destroy ,  sólo el sub-apartado Barraca en http://es.wikipedia.org/wiki/Ruta_Destroy#Barraca  ), y los enlazo no sólo porque supongo que estoy legalmente obligado, sino porque considero que es de justicia
 
Barraca
La discoteca Barraca, ya veterana por aquel entonces, ya había destacado en los últimos años 70 por querer diferenciarse de alguna forma del resto de salas estilo fiebre del sábado noche. Alrededor de 1980, Juan Santamaría recaló en esta sala para imprimirle su particular estilo tan ecléctico. En 1982 le sustituyó en cabina, Carlos Simó, disc-jockey muy influenciado por Santamaría, e imprimiéndole al estilo musical de la sala un énfasis aún mayor en la llamada "música blanca", o música de raíces blancas. Por lo tanto, a partir de entonces, aunque el eclecticismo era la nota dominante en las sesiones de Barraca, prácticamente desaparecieron otros sonidos como el blues, rhythm & blues o el jazz que también tenían cabida con anterioridad junto con el habitual rock, pop y los sonidos de vanguardia, escuchándose «música blanca» que incluía a formaciones tan dispares como unos aún desconocidos para el gran público, y todavía alternativos Depeche Mode, U2 y The Cure; también gente como los influyentes The Smiths,Joy Division, herederos directos del punk como The Stranglers, The Clash (después Big Audio Dynamite), Sigue Sigue Sputnik, Generation X y su integrante Billy Idol, Public Image Limited (PIL) y su integrante Jah Wobble, o los B-52; grupos de synthwave como A Flock of Seagulls, Visage o Ultravox, de pop-rock como Immaculate Fools, Psychedelic Furs, The Fountainhead, B-Movie, Simple Minds, The Pretenders, A Popular History Of Signs, e incluso bandas australianas de garage (garage rock) como The Fall, Screaming Tribesmen, Hoodoo Gurus, Lime Spiders o grupos de rockabilly como los Stray Cats, y tantos y tantos otros, en lo que fue un excelente combinado musical de música eminentemente indie de primera mitad de los 80 y finales de los 70, sin el ritmo pegadizo de la música negra, pero con más frescura que esta. La magia que irradiaba esta sala se contagió a todos los noctámbulos y tribus urbanas que la frecuentaban, reinando el buen ambiente y el espíritu cordial.
La empatía entre la gente hizo que el ambiente que se respiraba fuera único, a diferencia de las salas convencionales, donde el factor sexual era el dominante, por encima del musical y el de la diversión por puro placer, también llamado hedonismo, y acarreaba problemas entre clientes. Un hecho destacable en Barraca fue la importancia del plano teatral dentro de las mismas sesiones, aparte de los conciertos que también se daban en la sala. Y es que en esta etapa, las performances y actuaciones teatrales de todo tipo eran un hecho habitual, hecho por el cual la sala pasó a ser un lugar de reunión de artistas y gente de mentalidad inquieta que creaba una cultura alternativa y diferente. Esto propició la atracción hacia esta sala de muchos personajes destacados en el panorama cultural, musical y social de la época en España, y debido también a su talante excepcionalmente tolerante para aquellos años, que atraía a la gente que huía de la vulgaridad que se respiraba en la mayoría de salas convencionales, y a su ambiente colorista, kitsch y estrambótico, donde incluso el maquillaje estaba bien visto en los varones heterosexuales, dado que el movimiento neo-romántico tuvo mucha influencia en Valencia, fue lo que la diferenció del resto. No en vano, se dice que era todo un espectáculo ver cómo vestía la gente habitual de Barraca, ya que por entonces muchos consideraban un ritual el hecho de vestirse para la fiesta. Además, Barraca fue una de las primeras salas españolas donde hicieron aparición las drag-queens, como la famosa Faraona. Otros aspectos a destacar de esta sala fueron su pista giratoria, su piscina, donde la gente se bañaba de forma desinhibida, los caballos de tío-vivo, que se convirtieron en marca de la casa, y su terraza. Sus principales sesiones fueron las de sábado noche y domingo tarde-noche. Fue tanta la importancia de Barraca en el amanecer de esta época, que al «sonido Valencia» se le denominaba por los propios valencianos, alrededor del año 86, como «música barraquera».

Hasta aquí el corta-pega de Wikipedia. En otro post mis recuerdos.

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